Cuando el cuerpo se activa, la mente se equilibra

Sabemos que la conexión entre cuerpo y mente es clara, pero lo que muchas veces pasamos por alto es cuánto influye el movimiento diario en nuestro bienestar emocional. No se trata solo de dar pasos para cuidar la salud física, sino de aprovechar cada oportunidad de moverse como una forma de liberar tensión, reducir el estrés y ganar más claridad mental en el día a día.

 

El vínculo entre movimiento y estrés

 

Cuando pasamos largos periodos inactivos, los niveles de cortisol —la hormona del estrés— tienden a permanecer elevados, lo que genera tensión muscular, fatiga y dificultad para concentrarnos. Incorporar más movimiento a lo largo del día favorece la regulación de esta hormona y genera una sensación de equilibrio físico y emocional.

 

Beneficios para la mente

 

  • Mejora del estado de ánimo: Al movernos, el cerebro libera endorfinas, serotonina y dopamina, neurotransmisores que actúan como reguladores naturales del bienestar. Esto ayuda a reducir síntomas de ansiedad y depresión, mejorando la percepción general de la vida diaria.
  • Mayor claridad mental y concentración: El flujo sanguíneo extra que llega al cerebro durante la actividad física ligera aumenta la oxigenación, favoreciendo la memoria, la atención y la productividad. Incluso unos pocos minutos de movimiento pueden “reiniciar” la mente.
  • Regulación emocional: Mantener un nivel de movimiento constante a lo largo del día ayuda al sistema nervioso a responder con mayor flexibilidad ante el estrés. En lugar de permanecer en un estado de alerta prolongado, el cuerpo logra recuperarse más rápido frente a las presiones cotidianas.
  • Prevención del desgaste psicológico: La inactividad está asociada a mayor fatiga mental y menor resiliencia. En cambio, las personas activas presentan más recursos internos para enfrentar desafíos y una mayor sensación de control sobre su vida.

 

El movimiento no es únicamente un recurso para cuidar el cuerpo; es también una herramienta fundamental para cuidar la mente. Al moverte con frecuencia, reduces el impacto del estrés, refuerzas tu estado de ánimo y nutres tu bienestar emocional. Cada paso que das no solo fortalece tus músculos, también fortalece tu resiliencia mental.

 

Referencias

 

  • Salmon, P. (2001). Effects of physical exercise on anxiety, depression, and sensitivity to stress: A unifying theory. Clinical Psychology Review, 21(1), 33–61.
  • Stubbs, B. et al. (2017). Physical activity and depression: A large cross-sectional, population-based study across 36 low- and middle-income countries. The Journal of Clinical Psychiatry, 78(5), e548–e556.
  • Mikkelsen, K. et al. (2017). Exercise and mental health. Maturitas, 106, 48–56.